Objetivos Generales de la Educación Marianista

El colegio marianista quiere cumplir con perfección las metas propias de toda institución escolar, llevando al educando al desarrollo pleno de sus capacidades. Al mismo tiempo se propone unos objetivos complementarios, pero esenciales, que se convierten en focos de atención y que constituyen su razón de ser y su sello peculiar.

Son cinco grandes opciones con las que se quiere dar al conjunto del Colegio una dirección, una intencionalidad y un propósito. Es la MISIÓN del Colegio. Afecta al ser y al quehacer del mismo. Es su deber ser. Sólo caminando en esta dirección se cumple la finalidad que se le asigna a la Escuela en la Compañía de María.


Formación en la fe

La obra educativa marianista es un medio privilegiado de formar en la fe. Mediante el ejercicio de este ministerio, se quiere sembrar, cultivar, fortalecer y hacer fecundo el espíritu cristiano en las personas. Por eso se propone:

  1. Desarrollar los valores del Evangelio de Jesucristo y las actitudes cristianas. Propone y celebra la fe en Jesucristo. Se esfuerza por formar cristianos que vivan y den testimonio de su fe al servicio de Dios y de los hombres.

  2. Formar hombres y mujeres capaces de encarnar el Evangelio en la cultura. Promueve el diálogo entre fe y cultura. Mediante el análisis crítico busca penetrar la cultura con los valores del Evangelio.

  3. Educar en el descubrimiento de la propia vocación, asumida con libertad y responsabilidad. Se quiere formar personas abiertas a la trascendencia, que busquen la realización del plan de Dios para sus vidas.

  4. Promover la creación de comunidades como lugar privilegiado de cultivo, maduración y testimonio de fe. Se aprende a testimoniar la fe vivida en comunidad y como comunidad.

  5. Cultivar el amor a María, Madre de Dios y Madre nuestra. Ella nos conduce hacia Cristo y nos compromete en la misión de la Iglesia de multiplicar los cristianos, “haciendo lo que Él nos diga”.

Espíritu de Familia

El colegio marianista quiere ser una gran familia, donde el centro de atención sean las personas y las relaciones entre ellas estén generadas por el amor. Eso supone:

  1. Crear un ambiente de familia que favorezca el crecimiento y maduración de las personas. Esto exige el cultivo de relaciones interpersonales sanas y maduras, y la participación en los acontecimientos de familia.

  2. Priorizar la persona: aceptar, reconocer y ayudar a cada uno a desarrollar al máximo sus talentos. Cultivar el respeto a toda la persona y a todas la personas.

  3. Desarrollar valores y actitudes de sencillez, humildad, apertura, acogida, tolerancia, respeto y diálogo en las personas y en las organizaciones de la comunidad escolar.

  4. Internalizar las exigencias de una verdadera convivencia: respeto y preocupación por cada uno, especialmente por los más débiles, puntualidad y orden, tolerancia y bien común.

Educación integral de calidad

Educar es despertar el potencial humano; es desarrollar las capacidades personales; es proporcionar a los individuos los elementos para modelar su propio destino. Por eso se quiere:

  1. Promover una educación de calidad que comprenda toda la persona: dimensión física, intelectual, afectiva, moral, religiosa, social y creativa del alumno. Cultivar los talentos, las motivaciones y las competencias para la plena integración en la vida.

  2. Desarrollar la capacidad de trabajo responsable y el esfuerzo constante en el estudio, fruto de su inquietud intelectual y del compromiso con su futuro y con la sociedad.

  3. Formar hombres y mujeres que lleguen a poseer una personalidad equilibrad y madura, especialmente en el campo de lo afectivo.

  4. Desarrollar la interioridad, el conocimiento de sí y de sus valores interiores. Valorar lo interior más que lo exterior. Reconocer, aceptar y querer sus potencialidades y limitaciones.

  5. Cultivar el pensamiento reflexivo y crítico, el amor y la búsqueda de la verdad.

Educación para el servicio, la justicia y la paz

La escuela es un espacio privilegiado para trabajar por una civilización de justicia y amor. Por la educación del corazón y la mente, la escuela forma hombres y mujeres comprometidos en la construcción de esa nueva sociedad. Para lograrlo se propone:

  1. Educar la solidaridad, desarrollando la preocupación por el otro. Cuidar los pequeños gestos en la vida cotidiana como las experiencias organizadas en servicio de los más pobres y necesitados.

  2. Desarrollar programas de formación en la doctrina social de la Iglesia y de sensibilización a los problemas sociales. Despertar el sentido crítico frente a las diversas formas de injusticia y discriminación.

  3. Incentivar la preocupación por las grandes causas humanas y las cuestiones éticas modernas: derechos humanos, respeto de la vida, ecología, globalización de la economía, según criterios del Evangelio.

  4. Promover y desarrollar programas de ayuda solidaria, animado a la formación de grupos de servicio y voluntariado, donde maduren las opciones personales por la justicia y la paz.

Educación para la adaptación y el cambio

El colegio marianista quiere educar a los alumnos y alumnas de manera que sean portadores de los valores permanentes de la cultura del país y a la vez enfrenten los cambios que les toque vivir de una forma activa, esperanzada y con una actitud de discernimiento cristiano. Por eso propone:

  1. Educar en un espíritu abierto a los cambios culturales y tecnológicos actuales, y así poder moldear crítica y creativamente el futuro.

  2. Formar personas capaces de aceptar y respetar las diferencias en una sociedad pluralista, incentivando la capacidad de diálogo, el trabajo en equipo, la búsqueda en común de la verdad y el consenso.

  3. Desarrollar el pensamiento crítico en la búsqueda de la verdad, incentivando la adquisición de hábitos de reflexión, investigación, estructuración del pensamiento e integración de saberes interdisciplinarios.

  4. Incentivar la preocupación, reflexión y formación de convicciones sobre los nuevos problemas mundiales de la tecnología, la ecología, la bioética, la globalización de las comunicaciones y de la cultura, fomentando el respeto y el amor por la vida, el aprecio y cuidado de la naturaleza como obra de Dios y responsabilidad nuestra.

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