En un colegio marianista las grandes opciones deben transformarse en acciones educativas. Estas acciones se programan y se realizan para favorecer el aprendizaje sistemático, gradual y duradero de sus destinatarios.
La calidad de los resultados educativos de un colegio marianista no se mide en términos de eficacia inmediata. La acción educativa se orienta de tal forma que sea fruto del esfuerzo humano, confiando los resultados del mismo a la bendición de Dios y de María, siguiendo los ritmos del Espíritu.
Área Pastoral
La acción pastoral es el punto de referencia de la vida del Colegio. Las actividades académicas, deportivas, culturales, artísticas y de convivencia adquieren su plena identidad cuando están orientadas a la evangelización; a su vez, la formación religiosa y social se integra armónicamente dentro del conjunto del proceso educativo.
El Rector es el primer responsable de una acción pastoral eficaz. Apoya este trabajo y delega esta tarea en un Encargado de Pastoral. Al Encargado de Pastoral le corresponde:
El Consejo de Pastoral lo integran padres, profesores, alumnos y personal auxiliar. Su finalidad es coordinar la acción pastoral del conjunto.
Los planes y programas del trabajo pastoral del Colegio deben cumplir los siguientes requisitos:
La meta a la que apunta la acción pastoral es formar personas que:
La clase de Religión es uno de los medios privilegiados para asimilar los contenidos de la fe e inculcar los valores cristianos.
Para el buen funcionamiento de la clase de Religión la Dirección del Colegio se preocupará de:
Se cuidará la preparación de la Primera Comunión y de la Confirmación por ser momentos especialmente importantes para formar cristianamente a los padres y evangelizar la familia.
En el Colegio se ofrecen otras instancias de crecimiento en la fe. Se cuida especialmente la creación, acompañamiento y maduración de comunidades del Movimiento Faustino para jóvenes y del Movimiento Marianista (CLM) para padres, profesores, administrativos y auxiliares.
Dentro del horario escolar se celebra periódicamente la Eucaristía, centro de toda vida cristiana. Varias veces en el año se posibilita la celebración del sacramento de la reconciliación. Se programan Retiros y Jornadas, como momentos especiales de experiencias cristianas compartidas.
Se celebran adecuadamente las fiestas litúrgicas. Se honra especialmente a Maria, destacando su imagen en algún lugar privilegiado y participando en las celebraciones en su honor.
El Colegio Marianista da mucha importancia a la familia. Cuida la pastoral de los padres, su participación en la catequesis familiar de la Primera Comunión y en las Misas de la Comunidad Escolar. Los motiva para que sean agentes de evangelización en el seno de su propia familia o como delegados de pastoral, catequistas, animadores.
Consecuencia ineludible de la vida cristiana es el compromiso con el pobre. El colegio marianista se esfuerza por despertar y formar la conciencia social a través del contacto directo con los que más sufren, campañas de ayuda, visitas a instituciones, experiencias de servicio en terreno.
Área académica
El colegio marianista es un centro de enseñanza-aprendizaje. Su plan de estudio integra las exigencias con las otras áreas de la formación y del desarrollo del alumno.
La actividad pedagógica debe planificarse de tal modo que promueve el desarrollo armónico e integral de las facultades del educando. Debe ser mayor la preocupación por formar que por informar. Se ayudará a los alumnos a saber progresar por sí mismo, a aprender a aprender.
En el dominio volitivo esperamos conseguir que los alumnos y alumnas sean capaces de:
En el dominio cognitivo procuramos formar personas:
En el dominio afectivo-emocional queremos que los alumnos y alumnas sean capaces de:
La comprensión de los fenómenos históricos y sociales; la expresión oral y escrita literaria como forma de comunicación e interpretación de la interioridad humana; el acercamiento y comprensión de un idioma extranjero como medio de integración en un mundo más amplio; el cuestionamiento por el sentido de la existencia, la formación del juicio valórico y ético, son metas a las que deben tender las asignaturas humanistas.
La formación científica desarrolla la racionalidad, la capacidad analítica, la precisión y exactitud, la abstracción. Se busca que el joven llegue a ser un agente de transformación y progreso social. Una profunda orientación valórica en estos temas es la mejor ayuda para superar los inconvenientes de la tecnocracia, el materialismo y la visión economicista de la vida.
En el área artística se favorece la comprensión y aprecio de las obras de arte de la humanidad, así como la capacidad de expresión artística, a través del cultivo de la música, el teatro, la expresión literaria, las artes plásticas y manuales, los medios audiovisuales.
La educación física y la actividad deportiva favorecen una integración enriquecedora de la persona humana. Desarrolla a la vez la capacidad de esfuerzo y la constancia, la alegría por el éxito y la aceptación positiva del fracaso, la sana competitividad y la cordialidad entre los competidores.
Área extraprogramática
El colegio incorpora a su currículo una variedad de actividades no formales, orientadas a completar el desarrollo armónico e integral del alumno y a ayudarle a definir su orientación vocacional.
Estas actividades extraprogramáticas, elegidas libremente según sus intereses, deben constituirse en un espacio de crecimiento de su libertad, de su capacidad de relación con los demás y de ejercicio de su responsabilidad.
Estas actividades complementarias para la formación del alumno, deben:
Es necesaria una coordinación de estas actividades para que estén en coherencia con las otras áreas. Esta coordinación no es sólo administrativa, sino también animadora y orientadora de lo que se realice.
Área de los valores
Teniendo en cuenta los objetivos que se persiguen a través de la acción pedagógica y los objetivos generales indicados en este proyecto educativo, el colegio quiere desarrollar una serie de valores que atraviesan todo el sistema educativo. Entre estos valores se destacan los siguientes:
La honradez
Ser honrado es “jugar limpio” en el deporte, en la amistad, en el pololeo, en el estudio y en el trabajo. Supone ser fiel y consecuente con la verdad. Es obrar con rectitud, derechamente. Es “ser transparente” y honesto consigo mismo y con los demás. Significa responder debidamente a los compromisos asumidos y a la palabra dada.
Algunos indicadores: El alumno es honrado cuando hace los trabajos personalmente y en las evaluaciones demuestra lo que él realmente sabe; cuando, ante una falta, asume su responsabilidad sin excusarse ni echar la culpa a terceros; cuando dice la verdad, aunque le pueda ocasionar inconvenientes.
La sencillez
El hombre sencillo no busca aparentar, se muestra auténtico. No se deja llevar por la vanidad ni esconde su “ser” detrás del tener. Su deseo de superación no es para rivalizar o superar a otros, sino para un desarrollo personal más pleno.
Algunos indicadores; el alumno es sencillo cuando en su presentación se adapta a las exigencias comunes y no busca aparecer superior ni con más recursos económicos que los otros. Es sobrio y austero en su persona. Participa con todos, sin excluir a nadie por su procedencia o por tener menos recursos.
La solidaridad
Se fundamenta en el amor y se concreta en el servicio desinteresado. Requiere estar atentos a la realidad para captar los problemas y necesidades. Debe generar una actitud de ayuda y de superación de los problemas. Supone olvidarse de sí para pensar en los demás.
Algunos indicadores: El alumno es solidario cuando se preocupa por las personas que estudian con él, por los que trabajan en el colegio y en el mundo en que le toca vivir. Es solidario cuando cuida de las cosas para que todos puedan disfrutar con ellas; cuando es generoso con los compañeros, amigos y, en especial, con los más pobres. Es solidario cuando aporta y colabora en campañas de ayuda o en tareas de servicio.
La participación y el compromiso
Se expresa especialmente en la cooperación con el grupo, con la comunidad escolar a la que pertenece. Pone al servicio de los demás sus capacidades personales y su tiempo, para que se logren los objetivos. Supone iniciativa, compromiso, adhesión, renuncia a la pasividad.
Algunos indicadores: El alumno es participativo cuando se compromete en las actividades de su curso, del centro de alumnos, de su grupo de trabajo o de estudio. Da su opinión, asume roles, hace tareas para el logro de los objetivos, renuncia a una independencia cómoda. Vibra con las actividades del colegio, se involucra en sus éxitos y fracasos, expresa la alegría de las celebraciones colectivas.
El sentido de misión.
Se quiere que el alumno posea una fe vivida y cultivada, y se comprometa con la misión de la Iglesia. Vivir el sentido de misión es dar testimonio de lo que se cree, compartir con otros la fe, evangelizar a otros, contagiando su experiencia como seguidor de Jesús.
Algunos indicadores: El alumno tiene sentido de misión cuando, por coherencia con lo que cree, acepta presidir la oración de curso, asume tareas de animación en la liturgia, interviene en las decisiones del curso con criterios evangélicos. Especialmente cuando se anima a participaren comunidades juveniles, acepta ser A.C.N. o monitor. Cuando asume ser encargado de pastoral del curso.
La fortaleza de carácter
La fortaleza es ese impulso interior que hace al alumno capaz de afrontar las dificultades y los conflictos: es la virtud que le sostiene en las tareas difíciles y los conflictos: es la virtud que le sostiene en las tareas difíciles y en la consecución del bien. El alumno la experimenta a veces como paciencia, otras como perseverancia y constancia en el esfuerzo, otras como esperanza. A veces le exige coraje y reciedumbre, otras magnanimidad, otras una sana agresividad. El Espíritu Santo que actúa en uno, transforma la fortaleza de carácter en la virtud de la fortaleza y se manifiesta en la donación y compromiso en seguimiento de Jesús.
Algunos indicadores: El alumno manifiesta la virtud de la fortaleza en su ánimo positivo ante las dificultades y en su compromiso perseverante en el cumplimiento de sus metas; en el talante con que se relaciona con su cuerpo; en el buen ánimo para asumir compromisos en el curso o en el colegio, sobre todo cuando son sacrificados; en el enfrentamiento de las contrariedades sin desanimarse; en la capacidad para superar la frustración y en la actitud positiva ante los sufrimientos físicos y morales.
El esfuerzo
Es voluntad y capacidad de trabajo; perseverancia en el cumplimiento de las tareas escolares; exigencia personal para conseguir sus metas; autosuperación. Supone trabajar con disciplina y con responsabilidad, haciendo rendir al máximo sus propios talentos. Sabe organizarse para cumplir bien con todos. Va muy unida a la fortaleza.
Algunos indicadores: Se manifiesta cuando el alumno se esfuerza en el estudio, hace las tareas, prepara y asiste a todas las pruebas, entrega sus trabajos. Producto de su disciplina en el trabajo, tiene tiempo para participar en otras actividades. Se exige para conseguir la autosuperación y la excelencia.